Octubre mes del cáncer de mama

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En Uruguay, 5 mujeres son diagnosticadas de cáncer de mama cada día.


DETECCIÓN DEL CÁNCER DE MAMA EN ETAPAS INICIALES

El objetivo de la detección temprana es encontrar la enfermedad antes de que la misma cause síntomas lo que trae aparejado una mayor probabilidad de curación y sobrevida a largo plazo.

El cáncer de mama actualmente se puede combatir y son muchas las mujeres que le ganan a esta enfermedad, para eso es clave detectarla a tiempo. Cuanto antes se detecte, mayores son las posibilidades de un tratamiento exitoso.

Mamografía

Hasta el momento, la mamografía, es el mejor método para detectar tumores cuando aún son tan pequeños que no pueden ser palpados.

Durante la mamografía, la mama se somete a presión entre dos placas para aplanar y dispersar el tejido. Esto puede resultar incómodo (por unos segundos) pero es necesario para que la imagen que se obtenga sea buena.

Una buena práctica es programar la mamografía lejos del período menstrual.

En nuestro país el desarrollo de la mamografía ha jugado un papel relevante en el diagnóstico oportuno, ya que el cáncer de mama puede desarrollarse sin presentar síntomas.

Ocasionalmente, una mamografía puede pasar por alto un cáncer o encontrar tumoraciones sospechosas de ser cáncer que luego no lo son. Por ejemplo, es más difícil identificar irregularidades en mamografías de mujeres con tejido mamario denso. Por eso, también se puede indicar la ecografía como complemento de la mamografía. De todas formas, la mamografía sigue siendo el método más eficaz para la detección del cáncer de mama.

¿Quiénes se benefician de este examen?

Es muy importante que las mujeres consulten con su médico tratante y que éste evalúe la mejor oportunidad para el inicio de la realización de las mamografías según sus riesgos. La Guía de Práctica Clínica de Detección Temprana de Cáncer de Mama, recomienda screening entre los 50-74 años.

Se recomienda realizar tamizaje mamográfico sistemático, la población entre los 40 y 69 años tendría una reducción de la mortalidad por cáncer de mama si se realiza mamografías, pero al considerar los efectos no deseados (falsos positivos) la población que más se beneficiaría de este tipo de tamizaje es la de 50-69 años.

En mujeres de edad avanzada, la decisión de continuar con la realización de mamografías dependerá de su estado general de salud ya que la edad por sí sola no debería ser una razón para suspender las mamografías periódicas.

En cuanto a las mujeres jóvenes, las mamografías no son tan eficaces ya que en general sus mamas son densas.

Por este motivo, todas las mujeres, desde jóvenes deben consultar periódicamente al médico. Durante la consulta, el profesional de la salud realizará preguntas, un examen clínico de las mamas e indicará los

estudios que correspondan según edad, antecedentes familiares y lo que haya surgido durante el examen.

¿Qué detecta la mamografía?

La mamografía permite identificar diferentes tipos de cambios en las mamas, entre ellos, calcificaciones, una masa o quistes.

Las calcificaciones son pequeños depósitos de minerales dentro de la mama que se ven como pequeñas manchas blancas. Existen dos tipos de calcificaciones: las macrocalcificaciones y las microcalcificaciones, estas últimas causan más preocupación al visualizarlas que las primeras, pero aun así no siempre indican la presencia de cáncer. Ante la sospecha, se puede realizar una biopsia que es un estudio mediante el cual se extrae una pequeña cantidad de tejido y se examina al microscopio. Es la única manera de confirmar la presencia de cáncer.

Se puede observar también una masa con o sin calcificaciones. Pueden ser quistes, tumores benignos o cáncer. Muchas veces se requieren estudios complementarios como una ecografía, biopsia o mamografías periódicas de seguimiento.

Los quistes pueden ser sacos llenos de líquido (llamados simples) o parcialmente sólidos (llamados complejos). Si en la mamografía se encuentran estos últimos, se puede necesitar hacer una biopsia.

Mamografía e implantes de mama

Las mujeres que tienen implantes de mama no aumentan su riesgo de desarrollar cáncer de mama. Igualmente, la presencia de estos implantes dificulta la visualización del tejido mamario en las mamografías convencionales.

En estos casos, para que el estudio de mamografía sea lo más completo posible se han desarrollado tomas diferentes (con desplazamiento de implantes).

Ecografía mamaria

Se emplea como complemento de la mamografía. Es más útil en mujeres con tejido mamario muy denso. No se recomienda utilizarlo como sustituto de la mamografía para la detección del cáncer de mama.

Autoconocimiento de las mamas

Es importante que cada mujer tenga conocimiento de su cuerpo. Si una mujer es consciente del aspecto normal de sus mamas y se familiariza con sus características normales es más probable que pueda notar cambios si estos ocurren y consultar al médico.

Lo importante a observar, que puede indicar la presencia de una tumoración, es si aparecen hundimientos, venas dilatadas, bultos, irregularidades en los contornos, cambios de coloración, secreciones o descamaciones. VER CAMBIOS MAMARIOS

Al palparse las mamas, estar atenta a pequeños bultos duros y cambios en el volumen y la temperatura.

¿Cómo realizarse el autoexamen de mama?  VIDEO

Algunas mujeres se sienten cómodas realizándose el autoexamen de las mamas de manera sistemática todos los meses y siguiendo un procedimiento específico. Otras, se sienten mejor simplemente observándose y palpando sus mamas de una manera menos sistemática mientras se duchan o se visten.

Por otro lado, se ha visto que algunas mujeres se preocupan tanto en hacerlo de manera correcta que la técnica les causa un gran estrés. Por esta razón, sea cual sea la opción de cada mujer, es importante que sepa conocer cómo se ven y se sienten sus mamas normalmente, lo que le permitirá detectar con mayor facilidad posibles cambios y motivar la consulta pertinente con su médico tratante. AUTOEXAMEN

FACTORES DE RIESGO DE CÁNCER DE MAMA

1 de cada 10 mujeres podría desarrollar cáncer de mama a lo largo de su vida.

Por esta razón se desarrollará a continuación los factores de riesgo tanto modificables como no modificables.

1.    Factores de riesgo inmodificables 

Sexo

Ser mujer es el principal factor de riesgo frente al cáncer de mama. Si bien los hombres pueden desarrollar la enfermedad, su probabilidad es de un 1% frente a las mujeres.


Edad

El riesgo de desarrollar cáncer de mama aumenta con la edad. Si bien existen edades en las cuales es más frecuente esta enfermedad, también algunas mujeres muy jóvenes pueden tener riesgo de desarrollar cáncer de mama.


Antecedentes familiares de cáncer de mama

El riesgo de desarrollar cáncer de mama es mayor en las mujeres con antecedentes familiares en hermana, madre, abuela materna o paterna. De todas formas más del 90% de las mujeres con cáncer de mama no tienen antecedentes familiares de la enfermedad.


Riesgo genético

Se ha estudiado que entre un 5 y un 10% de los cánceres de mama son hereditarios. Esto ocurre porque su origen se ha relacionado directamente con cambios en los genes que han sido heredados de uno de los padres.

Algunos cambios en el ADN pueden causar que células normales de la mama se vuelvan cancerígenas. El ADN es la sustancia química de cada una de nuestras células que forman nuestros genes.

Algunos genes tienen instrucciones para controlar cuándo nuestras células crecen, se dividen y mueren. A ciertos genes que aceleran la división de las células se les llama oncogenes. Otros, encargados de retrasar la división celular o causantes de que las células mueran en el momento oportuno, se les llaman genes supresores de tumores. El cáncer puede ser causado por cambios en el ADN que activan los oncogenes o cambios en el ADN que desactivan los genes supresores de tumores.


Genes BRCA1 y BRCA2

Se ha identificado que en los casos de cáncer de mama hereditario, la causa más común es una mutación heredada de los genes BRCA1 y BRCA2.

Generalmente este tipo de cáncer lo desarrollan mujeres más jóvenes y tiene una alta probabilidad de afectar ambas mamas. Quienes tienen estos cambios genéticos también aumentan su riesgo de otros tipos de cáncer como el cáncer de ovario. Por esta razón, para reducir los riesgos existe la recomendación médica para que las mujeres con mutaciones del BRCA se extirpen los ovarios una vez que decidan no tener más hijos.

Los estudios para identificar las mutaciones de los genes BRCA1 y BRCA2 se realizan en Uruguay a mujeres que cumplan con determinados requisitos compatibles con esta investigación genética.

Muchas mujeres pueden tener antecedentes familiares de cáncer de mama pero, en la mayoría de los casos, no se deben a las mutaciones genéticas del BRCA, por esta razón, las pruebas se deben hacer sólo cuando existe una sospecha razonable de que una mutación puede estar presente en la persona.


Cambios en otros genes

Existen otros cambios a nivel de los genes que también derivarían en el desarrollo de cáncer de mama hereditario pero que no son tan frecuentes como los genes BRCA.

Entre los genes que se han estudiado se encuentran: ATM, TP53, CHEK2, PTEN, CDH1 y STK11.


Cáncer de mama previo

Una mujer que ha tenido cáncer de mama tiene un mayor riesgo de padecer un nuevo cáncer de mama en la otra mama o en otra parte de la misma mama.


Raza

Las mujeres de raza blanca tienen una probabilidad ligeramente mayor de desarrollar cáncer de mama frente a las mujeres de raza negra.


Algunas afecciones benignas de la mama

Las mujeres diagnosticadas con algunas enfermedades benignas de la mama como hiperplasia ductal atípica e hiperplasia lobulillar atípica, pueden tener un riesgo aumentado de cáncer de mama.


Períodos menstruales

Cuando las mujeres han tenido más ciclos menstruales porque han comenzado a menstruar antes de los 12 años o han tenido su menopausia después de los 55 años, tienen un riesgo mayor de desarrollar cáncer de mama. Esto se debe a que durante su vida han tenido una exposición mayor a las hormonas estrógeno y progesterona.


Antecedente de irradiación en el tórax

Las mujeres que antes de los 20 años recibieron radiaciones en el tórax como parte de un tratamiento contra otro tipo de cáncer tienen un riesgo aumentado de desarrollar cáncer de mama.


2.   
Factores de riesgo modificables


Sobrepeso u obesidad

La evidencia científica hoy confirma el aumento del riesgo de desarrollar cáncer de mama en las mujeres con sobrepeso u obesidad. Este riesgo se da especialmente en mujeres después de la menopausia.

Además, las mujeres con sobrepeso generalmente tienen niveles mayores de insulina en sangre, estos niveles elevados también se han asociado a algunos tipos de cáncer, incluyendo el cáncer de mama.

Por otra parte, si bien el sobrepeso y la obesidad tienen múltiples causas,  una de ellas son los alimentos con alto contenido en grasa. Este es un dato que coincide con la mayoría de los estudios que han encontrado que el cáncer de mama es menos frecuente en los países con una dieta con bajo contenido total de grasas, sean estas grasas poliinsaturadas o saturadas.


Sedentarismo

Está comprobado que las mujeres que realizan escasa actividad física, es decir que tienen una vida sedentaria, aumentan su riesgo de desarrollar cáncer de mama.

Actualmente está aumentando la evidencia que relaciona la actividad física con la reducción del riesgo de cáncer de mama. La indicación de actividad física propuesta como mínimo es de 150 minutos de ejercicio semanal, lo cual sería aproximadamente 30 minutos 5 días en la semana.

 

No tener hijos

No haber tenido hijos o tener un primer hijo luego de los 30 años aumenta el riesgo de cáncer de mama. Esto se puede deber a que el embarazo reduce el número total de ciclos menstruales de una mujer.

 

No haber amamantado

Diversos estudios han evaluado positivamente los efectos de amamantar en la disminución del riesgo de desarrollar cáncer de mama. Especialmente si la lactancia se prolonga durante el primer año y medio de vida, habiéndose estudiado incluso los beneficios si se continúa hasta los dos años.

La reducción del número total de ciclos menstruales sería la razón de este posible beneficio sobre la salud de las mujeres.

 

Uso de anticonceptivos orales

Es importante que cuando se considera su utilización las mujeres lo conversen con el médico tratante.

 

Terapia de reemplazo hormonal

Con el objetivo de ayudar a aliviar los síntomas de la menopausia y para prevenir la osteoporosis, durante muchos años se ha utilizado la terapia de reemplazo hormonal. Actualmente, numerosos estudios han evaluado el uso de estas terapias, vinculándolas con el aumento del riesgo de desarrollar cáncer de mama y otras enfermedades.

Se ha estudiado que las mujeres que después de la menopausia han recibido terapia hormonal combinada (con estrógeno y progesterona), aumentan el riesgo de cáncer de mama. Esto se observa con tan sólo dos años de uso. Igualmente, se ha estudiado que el riesgo desciende al nivel del resto de la población luego de pasados 5 años de haber suspendido el uso de este tratamiento.

En cuanto a las mujeres que luego de la menopausia utilizan terapia con estrógeno no parecería que aumenten su riesgo de desarrollar cáncer de mama.


Bebidas alcohólicas

Existe una clara asociación entre el consumo de alcohol y el aumento del riesgo de desarrollar cáncer de mama. Este riesgo aumenta con la cantidad de alcohol que se consume.

 

3.    Factores con evidencia limitada de riesgo de cáncer de mama


Humo de tabaco

Los diversos estudios que han relacionado el humo de tabaco, ya sea de los fumadores como de los fumadores involuntarios en su riesgo de desarrollar cáncer de mama, han determinado un posible vínculo. Esto sería posible ya que la exposición a los químicos cancerígenos que componen el humo de tabaco ambiental concuerda con una relación causal en el desarrollo del cáncer de mama. 

  

Referencias consultadas:

  • Guía de Práctica Clínica de Detección Temprana de Cáncer de Mama. Tamizaje y diagnóstico precoz. Segunda edición; Noviembre 2015.
  • Comisión Honoraria de Lucha contra el Cáncer de Mama. 2020.

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